sábado, junio 03, 2006

el teléfono móvil y la antesala del verano

Estaba en Granada por la noche en casa de mi abuelita y de pronto escribí algo en el móvil que no dudé en enviar a amigos y hermanos. Qué tendrá ese telefonito que a veces me hace escribir algo muy de dentro y tal y como sale lo puedo enviar, comunicar y que quien lo reciba acepte ese aliento de palabras. Me sucede desde hace tiempo al comenzar el nuevo año pero en primavera es la primera vez... puede que porque noto un meridiano intenso de un antes y un después y todo se renueva súbitamente. Y además son curiosas las reacciones: de silencio las más, alguna llamada que no buscaba, otros son alientos de palabras que me envían y también hay sorpresas. Claro, son mensajes inesperados, pero yo tampoco lo esperaba...

Sé que hay concursos de poesía al móvil, pero no me interesan, es como si participara de una intimidad que no quisiera ser compartida todavía. Puede que esté relacionado con el hecho que el primer móvil que tuve, lo usé estando enamorada: los sms's viajaban de ida y vuelta con estrellas y cantes marineros. Era algo arrollador, un lenguaje privado entre dos, metáforas del deseo y el amor sólo nuestras. Ahora tengo un móvil con pantalla de imagen y tengo una pradera de hierba a ras de suelo de una foto que hice en Alange. Como si yo fuera un pequeño insecto que sobrevuela bajo, sobre el verde lleno de tréboles.

Después de ese último amor no he vuelto a sentir nada parecido. Las relaciones se basan en amistad donde el sentimiento no deja de ser algo moderado, sin enganches, sin demasiados problemas pero donde cabe un universo de vida hasta cierto punto lleno de autenticidad y espontaneidad. Es justo así, sin entrar en consideraciones de fe o escepticismo. La poesía ha vuelto para irse de nuevo, la había visto acercarse lentamente hace un par de años y eclosionó en abril. Luego ha dado sus vuelos de mariposa encendida de colores para morir levemente entrando en el verano. Como cuando después de un largo esfuerzo físico de cualquier índole llega el reposo, la meditación y el respiro al fin. Vivir lo que se puede vivir. Y llega la paz. Para ti, compañero de vida.

"Estrella que luce en la noche tibia,
pajarillo que alcanza el jazmín,
el desvío que enlentece un destino.
Un abrazo suave en la antesala del verano..."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo fui una de las que no contestó, pero no me quedé indiferente. Lo sentí justo así, como un abrazo suave y me supo a verano.
Me gusta, sí, me gusta este uso del móvil. Es curioso que yo, siendo tan adicta a la red no me atraiga este juego poético del sms. Desde luego, recibirlos, me encanta.

soldeste dijo...

algún teléfono que no tenía no pudo recibir el sms... pero para esto está el bló, donde todo se evapora y todo queda,