martes, mayo 23, 2006

Pere Gimferrer. Amor en vilo.

VENUS

Yo, que vivía como el arrayán
vive de ser él mismo, en la penumbra
de alfilerazos de la soledad,
en el jardín de las alegorías,
de las esfinges ciegas que enmudecen
cuando el silencio es más que el existir,
tan sólo el tornasol del viento herido,
tan sólo herida en lo tornasolado;
yo, que vivía como vive el álamo
por la noche en la cueva submarina
donde mis ojos son una escafandra
y a tientas saben descubrir tu cuerpo,
y a tientas saben describir tu cuerpo,
el tacto que los días tornasolan;
yo, que vivía como quien se afina
por ser hoja de álamo en el aire,
vivo ahora del aire de tu cuerpo,
y tu cuerpo me vuelve llamarada,
y empiezo a ser, y voy a ser, y soy
un arrayán cegado por la luz.

30-VI-2005.


L'OR DE L'AZUR

No es fulgor, no es ardor, y no es altor
lo que me da de ti lo que te adoro,
con la luz que se va: es el oro, el oro,
es el oro hecho sombra: tu color.
(J.R.J.)

Como los cristales de Bohemia,
como con la penumbra del clavel,
esta daga del cuerpo se desliza
en el latido de la insinuación:
más allá de nosotros, las palabras,
los gestos, el arder, la pantomima
y las celebraciones del deseo,
de los escopetazos de la luz;
y nuestra vida es sólo esta raíz
asida a un tronco de hojas enlazadas,
el bosque de los árboles de niebla,
la dentellada vuelta un esplendor,
porque queremos más, porque queremos
ser siempre aquella dádiva que el viento
entrega a las palmeras del crepúsculo,
esta declinación de árboles vivos,
oscurecidos de estupefacción,
porque la noche es más que nuestros cuerpos,
la joya de las nieves purpuradas,
lo que en tu cuerpo me canibaliza,
la vida de la púrpura al quemar;
lo llamamos amor, mas es el oro,
el oro de los cuerpos entregados,
la entrega de los cuerpos al clamor
que truena en el silencio de la luz
y a tientas reconoce en el deseo
la máscara del día al deslumbrar.

24-VII-2005.

http://amediavoz.com/gimferrer.htm


1 comentario:

soldeste dijo...

Gracias amigo, interludio no lo leí a su tiempo, ni nada de Pere G. Me asaltó hace años con Arde el mar, y este libro me ha parecido cuanto menos asombroso para la edad que tiene el poeta... Recuperar un amor, increíble.