viernes, agosto 04, 2006

la flecha del Rompido


cuando mis piés tocaron dulcemente esa arena notaron que debajo no había tierra firme, la masa de la punta que crece caprichosamente hacia levante es inestable, cuando te posas vertical el peso cede de un modo perceptible... es una sensación nueva, como si estuviera encima de algo vivo...

caminábamos hacia el final para ver el extremo y más allá el mar amplio, limpio a nuestra derecha, urbanizado a la izquierda, en un momento me giré para abarcar la flecha y de repente allí estaban dos bajo una sombrilla, como una aparición, y me acordé de Fellini y de los sueños que suceden en la realidad,

de vuelta el barquito que nos llevaba en unos instantes a tierra fija, atrás dejaba la vegetación desértica y aquellas flores blancas imposibles que crecían en la arena -házme volver, flecha, en invierno...

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