sábado, julio 29, 2006

espejo negro

Largos bucles de negrura se escurren por detrás del espejo dejándo un rastro incomprensible de duda y omisiones donde mi cara no refleja más que tristeza en una noche sin igual, diferente a la de mañana. Hay un momento donde la esperanza en algo -concreto- se pierde definitivamente. La noche no es más oscura que mi rostro donde un día había una idea. El espejo negro no ofrece nada a quién lo mira. No es el espejo roto, difícil de recomponer, inutil ya por siempre, pues dará una imagen fragmentada. El negro dicen que contiene todos los colores, invadidos por su tono del que se impregna hoy mi alma. Pronto rascaré para que salgan otra vez esos colores, las ideas que viven en la vida. Para que luzcan llenos de esperanza, pero en aquella idea no más. En otras ideas, veloces y activas, que recomponen la imagen plena y viva que yo quiero lanzar sobre el cristal. Será como dibujar y crear, como salir a flote de nuevo, como revivir. Vida, larga y laboriosa. La pantalla donde todos nos estrellamos para después reflejarnos nuevos. Una vez más, incólumes. Incluso más fuertes.

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