lunes, abril 24, 2006

ángel de pelo oscuro

Te he visto una vez, o te vislumbré tal vez, ángel de pelo oscuro radiante de vida. Cuando el invierno era crudo y tus ojos, un enigma. Sé que caminas solo por la playa, ante la danza de las mareas, escuchando ramajes que se quiebran, o música de amaneceres limpios. Tu cuerpo no siente lo que hay más allá de la roca, sino la arena fina que se escabulle entre los dedos de tus pies desnudos, acostumbrados al agua atlántica. Príncipe, absolutamente bello. Descubre por mí qué hay bajo las olas de aquel horizonte hacia levante… qué secreto de silencios aguarda mi mirada, hace tiempo dormida. Una concha fina se desprende de la espuma suave… la atrapo antes que se hunda, invisible. Antes que pierda la forma que tantos siglos modeló ese arte… Sin verme, sin saberte… el aire azul gira y retrocede más allá del pueblo para poder abrazarlo y respirarlo. Aturdida, pongo mi mano en la huella desvanecida que dejas en la orilla.

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