martes, marzo 28, 2006

rescate de marzo

Y el sol se aplaca
bajo tus pupilas
de invierno,
ahíto de besos no ofrecidos,
el mar se estanca
sosegado,
azul y viento.


***

Esta noche te añoraría,
cogería tus dedos
y despacio,
los besaría,
soñaría que tal vez
seas tú quien teje
mi sueño leve y largo,
y de mañana encontraría
una flor frente a mis ojos.
Aterciopelada.
Gozo en tu ausencia,
esperado.

viernes, marzo 24, 2006

Sete, ese rojo ducati no sé no sé...


Preciosa la foto, verdad? Pedrosa estrenándose en motogp visto desde arriba. Extraña sensación de no participar este año en la romería a Jerez. El casco se queda en casa, mi amigo este año no saca la moto desde Castellón. Y por la avenida escucho los rroooaaarr y veo las parejas acopladas... yo, aquí. Mirando. Qué ganas, dios. Mi hermano y su peña ya en la botellona nocturna con miles de gentes en ese ambiente tan peculiar y que en el puerto, mañana, entre marisquito y cervecita, resulta un micromundo de locos y cuerdos que se saludan y hacen amistad. Es bonito, a pesar de que algunos no sepan dónde están los límites. Empieza la fiesta. Y yo, mañana a currar. Me pierdo también los entrenos, ofú. Pero no la carrera, hasta el domingo!

martes, marzo 21, 2006

Cojo mi catalejo y enfoco la imagen

Cojo mi catalejo y enfoco la imagen. Es de día y veo a un amigo apoyado en su volvo rojo. Tiene cruzados los brazos en el pecho y saluda al sol con gafas oscuras. Parece satisfecho. Le mando un beso invisible. Giro la lente a mi derecha. Es de noche y una amiga descansa aturdida en el sofá. Su mirada está fija y parece como si estuviera dando vueltas alrededor de un pensamiento. Echa su cabeza hacia atrás y cierra los ojos en un pequeño sueño. Cierro los míos también y enfoco de nuevo. Es la hora del atardecer en el desierto, mi hermana departe con los compañeros de expedición. Su rostro sonríe con las mejillas llenas de calidez. Hacen planes para el día siguiente alrededor de la cena. Suspiro hondo. Me gustaría estar con ellos. En su espacio. Sigo mirando, tengo curiosidad. Es de noche y la silueta de una mujer camina por el borde del mar. Tiene el pelo claro y lleva una túnica de verano. A su lado hay un hombre alto. No hablan, pero llevan el mismo paso. Ella piensa en el cuadro que pintará mañana. El, en los próximos peces que pescará. La luna cae creciente sobre esa estrella que creo es Venus.

lunes, marzo 20, 2006

suena allá arriba la copa de las palmeras

El viento empuja fuerte mientras camino por el parque. Hace ese tiempo que resalta los colores de la atmósfera. Hay viento, hay promesa... suena allá arriba la copa de las palmeras. Las más altas.
Esta noche, recibo con inmensa gratitud los comentarios y correos que me alientan apenas comenzando a andar. Mi sonrisa para los que están ahí. He visto otros blogs. Otras miradas y palabras. ¿Hay tanto sobre lo que decir? ¿hay tanto sobre lo que hablar? o no será mejor, tomar el hacha y quebrar, romper ese molde que nos agobia y salir, recrear, no cesar en la búsqueda de la forma, de la idea, de la acción incluso... pero será una mera ilusión puesto que cada principio humano que surge y provoca cambio, se desmorona para que surja otro y lo sustituya. Movimiento es la ley. O esa espiral que mencionaba Pili.

sábado, marzo 18, 2006

Calíope

¿Llovía? – Se preguntó somnolienta- ¿Qué era ese ruido tintineante que la despertó entre matas de hierba en la hermosa campiña? Se alzó despacio, el paño de su manto húmedo del rocío de la mañana, sus ojos, lentamente, descubrieron hermosas gotas de oro que caían del cielo, posándose con suavidad sobre ella. Se sentó bajo el gran sauce y empezó a recordar.

Mientras recogía en sus manos algunas de esas hermosas gotas doradas vinieron a su mente escenas antiguas, en un palacio cuando sólo era la niña Calíope. Dos adultos la acompañaban de la mano, mientras ella les dirigía su sonrisa. Su padre, todo poderoso Zeus miraba con ojos amorosos a su madre… demasiado pequeña para entender de política, de amor o poder, jugaba en los jardines y estanques con nenúfares y tritones. Había recibido una profunda educación clásica y le enseñaron los secretos de las palabras para recordar en el futuro las gestas de los dioses a los pueblos de Tracia y de más allá de sus fronteras… qué sensación tan agradable volver la vista a la infancia protectora y feliz.

Escribió en sus tablillas frases evocadoras. Tan absorta estaba en ello que no percibió la cercanía de ninfas y sátiros, siempre dispuestos a gozar y hacer ruido con sus caprichosos juegos. No entendía tanto alboroto sin sentido, mientras algunos pueblos no sabían lo que era algo de prosperidad. Demasiado terrenales… sin un átomo de reflexión… a veces, reconocía que los envidiaba ya que no tenían otro deber. Sin embargo, ella, más sus ocho hermanas, no tendrían descanso en la historia de la humanidad, inspirando sea la música que la poesía, el arte o la historia, la ciencia…

De nuevo se quedó absorta. En su mente veía el rostro bello de un guerrero triunfal, tanto que la luna palidecía en su presencia, en aquella dulce noche a la orilla del mar, después de la batalla… entre ellos surgió una verdadera amistad. Suspiró. No estaba destinada a permanecer en su abrazo. Pero una vez que estuvo en su sueño de musa lo ensalzaría internamente cada día que pasara. O aquél otro de la piel del león, en sus doce trabajos… tan fuerte y poderoso. Se alzó para pasear y curiosear el baño de las ninfas. Las vio retozando sin cuidado… Aquiles, qué es de ti…

Y entre su paseo y la escritura, se allegó a un monte alto, donde había de encontrar a las musas en la cita estacional con Apolo. Sintió el viento fresco azuzar su manto claro y escuchó un bello canto. Clío y Erato la esperaban bajo la dorada luz del sol.

Proust y el nacimiento de la agricultura

Escucho la radio una mañana de tormenta y desayuno ese mollete que parece salido de la tierra misma, y recuerdo la convalecencia casi permanente de Marcel. Su mirada lejana hace ver todo el universo tangible como precisamente intangible, lo más material que deglutimos se convierte en un mito. Como el mollete que acabo de degustar se ha convertido por obra de la literatura en un sistema de símbolos ocultos sobre el origen de la agricultura... período aquél que hizo cambiar toda la vida del hombre. El neolítico en el oriente próximo fue el culpable de nacimiento de la brioche. Pero ese es otro capítulo de la prehistoria.